Sobre los derechos de 'Propiedad Intelectual'
El 7 de enero intervino Juan Carlos Rodríguez Ibarra (ex presidente de la junta de Extremadura) en el programa de las tardes de RNE Asuntos propios, como viene siendo habitual para comentar la actualidad política. En él hizo referencia a un artículo titulado Fregonas y maletas de ruedas que publicó El País el pasado 5 de enero.
El maestro Ibarra (porque es profesor) explicaba bajo su punto de vista todo este compendio de ideas que compone la Propiedad Intelectual, algo que para el bien de todos debería ser definido porque muchos, como un servidor, no entienden qué quiere decir. Aseguraba Ibarra que la tal Propiedad Intelectual... ¡No existe! y claro, no es de extrañar que surgieran como la espuma las respuestas a ese artículo. Desde Víctor Manuel hasta Fernando Savater mojaron la pluma para rebatir las líneas del ex presidente de la Junta de Extremadura.
Fue entonces cuando Ibarra aprovechó el programa en el que colabora para re-exponer el contenido de su artículo y respondió a Víctor Manuel. En pocas palabras vino a decir que la Propiedad Intelectual no podía existir porque todo lo que se crea es fruto de otras creaciones anteriores. La fregona viene del palo y el trapo, la maleta de ruedas de la maleta y de las ruedas, etc.
Escuchando la intervención de Ibarra pude extraer las conclusiones que determinan mi postura respecto a la mal llamada Propiedad Intelectual. Lo cierto es que considero lícito que los artistas reclamen los derechos y beneficios que de sus obras se recaude, pues son creaciones suyas y su trabajo les ha costado. El problema existe con la presencia de los intermediarios que no solo encarecen el precio del producto final sino que lo multiplican para obtener más ganancias. Ahí está el verdadero problema de las descargas ilegales, por ejemplo.
Ése es el motivo de tal revuelo, los intermediarios no pueden soportar la idea de que el negocio se les escape de las manos y por ello ponen el grito en el cielo para defender su modelo de negocio y cargan con quien lo está destruyendo. Y los artistas en su mayoría se sitúan al lado de los intermediarios (editores, productores, etc.) porque dependen de ellos. Es una situación controvertida pues cuando más piratería existe es cuando más grupos se dedican a la música, hay mucha variedad en el mercado musical. No es así en el audiovisual. Como no quieren cambiar el modelo de negocio, porque es el que les interesa, lo que quieren hacer es cambiar todo lo que les está impidiendo llevarlo a cabo con normalidad, pretenden cargar contra Internet y contra el intercambio de archivos vía p2p.
Conclusión
Se me viene a la cabeza una frase de la obra de Orson Welles, 1984 que dice:
Nada era del individuo salvo unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneoLo que me termina de convencer de que los que deben cobrar por la creación son los artistas y no tanto los intermediarios. El ser humano es dueño de lo que piensa y nace de su cabeza, no de lo que nace de la cabeza de los demás.
Las industrias deben encontrar un modelo de mercado nuevo en el que poder seguir haciendo negocio respetando la naturaleza actual de Internet. Algunas ya lo están haciendo y están ganando dinero con ello, venta de canciones sueltas, discos virtuales (sin soporte físico), etc. Ahora me dirijo a todos los intermediarios: Búsquense la vida sin pretender cambiar otras realidades, dejen Internet libre, dejen Internet en paz.
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